La voz es el eje principal sobre el cual se soporta el discurso, donde la palabra es indispensable. El énfasis en las oraciones y la intención de lo que se comunica está definido por los componentes de la voz (tono, ritmo, volumen, etc.).
La voz tiene un significado especial dependiendo del manejo y la intención comunicativa que se le imprima a cada palabra. Los discursos «acalorados» tienen una mayor velocidad que los reflexivos. Una llamada de atención se mide no sólo por lo que se dice, sino por cómo se dice. Ahora bien, revisando mis memorias encontré algunos momentos desagradables que viví en la relación con los demás -muchas veces- el trato con el que me recibieron al hacer algún trámite, el mal trato de algunos chóferes, de algunos comerciantes, de personas que buscan confrontación de todo y nada, e indirectamente de algunos o muchos comunicadores que rompen con el estilo aprehendido en la Academia, etc., menciono esto ya que la voz es un instrumento importantísimo y debemos saber usarlo, hasta me atrevo a decir que nuestra voz tendría que abrazar al otro, dar esperanza, amar, generar relaciones fraternales de diálogo. Hoy en día se ha creado una ruptura grande en la sintonia de uno con el otro. Se mata con la palabra.
No tenemos que perder de vista a este componente sonoro no sólo como la acción de pronunciar palabras, sino la forma como la pronunciamos y el calor que a través de ella regalamos. Al saludar hacerlo con alegría, con ánimo. Para ello seguro deberemos aprender a acompañarlas de silencios, de un ritmo, del volumen apropiado y en el tono adecuado.
#RubenAlejoConde
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