miércoles, 21 de febrero de 2018

LA MANO - Ruben Alejo Conde

LAS MANOS 🤲
El diccionario más sencillo indica que la mano es «parte del brazo desde la muñeca hasta la extremidad de los dedos». Entiendo que esta idea nos da la referencia y situación de una parte del cuerpo (anatomía), de referencia (distribución), e incluso al inicial del hombre (teoría evolucionista)...
HOY reflexiono observando mis manos (te invito a mirar las tuyas), y observando la del gráfico me pregunto si también permití que ellas se mancharan de sangre, símil a hacer daño, lastimar, golpear, herir, matar, acusar, etc. Revisando nuestra historia, podemos asegurar que la mano nos acompañó en muchas acciones, muestra de ello -sea positivo o negativo- están las cicatrices, una herida grave, pérdida de una parte o dedos, amputación, u otros, pues bien, respondamos: esto sucedió por haber ayudado o salvado a alguien? por haber lastimado o maltratado algo o alguien? por la labor que realizamos y el cuidado o descuido que tuvimos? Para responder revisa la historia de tus manos, seguro las conoces muy bien.
Antes de terminar con nuestro encuentro diario, déjame decirte que -para mí- las manos son maravillosas si las utilizamos bien y para el bien, podemos ayudar, podemos acariciar, dar una palmadita de ánimo, secar una lágrima, peinar, pasar algo, decidir firmando un documento, construir, coser, cocinar, escalar, cosechar, dibujar, limpiar, escribir, jugar... y, haciendo cómplice al brazo podemos abrazar. Siento que quienes tenemos una mano debemos aprender a dominarla para hacer el bien, pues muchas cargas negativas surgen a raíz de lo que hicimos con nuestra mano, como también las grandes satisfacciones surgen también de las bendiciones que hemos regalado con ellas. Esa decisión la tomamos día a día.
Las más lindas amistades y amores iniciaron estrechando una mano; una nueva familia inicia con un signo que los novios dejan en la mano del otro a través del anillo; el signo Cristiano se lo hace con la mano realizando la señal de la cruz; un ciudadano ejerce su ciudadanía votando, para ello marca la papeleta, y mancha con tinta un dedo; con una firma se da fe de un cargo, una solicitud, un estado; son unas manos las que nos reciben al nacer y las que nos entierran al morir.
Amigos, bendigamos nuestras manos con buenas acciones, y ellas de seguro nos abrirán muchas puertas, como las del Reino.
Abrazos a todos, con cariño Rubén Alejo Conde

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