P. ANTONIO LUSSO COTZA OSJ
Hace muchísimos años, caminando por Villa Victoria tuve la curiosidad de ingresar a la Parroquia Asunción, estando dentro vi a un padrecito que me llamó la atención... en otra oportunidad retorné con la intención de conocerlo, y a quien conocí fue a P. Ricardo Vega Garay, con quien conversé de San Agustín y tantas cosas más. En una oportunidad me invitó un cafecito, ahí conocí la casa de los Padres, y al ingresar a la cocina vi a aquel padre de aquella primera vez, era Padre Antonio, así me lo presentaron. Pasaron días, semanas y meses conversando con él, me acompañó siendo mi Director Espiritual. Su vida fue para mi un ejemplo de Santidad, siempre con palabras certeras, sus misas tan sentidas, su cordialidad en alegría y generosidad, su espiritualidad y adoración al Señor únicas.
La biblioteca de la casa fue el espacio donde me conversaba de San José Marello, de la vida de Santos, sobre la caridad, sobre el Sacerdocio y la entrega en la Cruz por amor. Me dejaba con muchos libros, y las lecturas eran magníficas con sus aclaraciones. Pasados algunos años tuve que salir a Argentina inspirado en sus enseñanzas. A mi retorno lo visité en la casa de Achumani, y el 2017 falleció dejando un vacío, pero un gran modelo de Santidad.
Aún llevo en mi mente su amor a la naturaleza, la montaña, su mirada perdida en la creación que amaba, y el hombre por quien se entregaba. Unas palabras que aún mantengo de él: «nunca dejes de amar a Jesús, pues Él te ama desde hace mucho».
Hoy, muchas cosas de él quedaron en mi vida, su espiritualidad, su amor por el otro, vivir a plenitud la Eucaristía, amar la naturaleza, y tener el deseo de ser Santo y luchar para ello día a día.
Lo llevo en mis oraciones Padre Lusso.
#RubenAlejoConde
@rubenalejoconde
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