DON BOSCO EN MI VIDA
Muchas personas que conocen de las actividades que realizo con jóvenes, al verme me saludan con un «hola Don Bosco». Es raro que no me traten por mi nombre, pero es lindo que me den un «título» quizá inmerecido, y en timidez aprendí a aceptarlo sin decir nada. Ahora bien, gracias a las muchas lecturas que hice de su vida, Don Bosco cambió la mía... Día a día busco ser un Don Bosco desde mi realidad para amar a los jóvenes.
En distintas ocasiones me puse en su lugar por las cosas que me han sucedido al acompañar a los más pequeños, sentí el rechazo, la burla, el alejamiento, las piedras que pusieron... y fueron las mismas experiencias de él las que me llevaron a perseverar en oración y, dejando todo en manos de la Auxiliadora vi milagros, y sólo se que debo seguir.
«Ahora hemos de trabajar, ya descansaremos en el Paraíso», hago mías estas palabras y me impulsan a hacer más y más por los jóvenes.
Tú que lees estas líneas, qué te parece si somos los Don Bosco de hoy? Dame tu mano, hay mucho por hacer... porque «aquí hacemos consistir la Santidad en estar siempre ¡Alegres!».
#rubenalejoconde
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